
La frontera
Tour de Francia 2017 | Etapa 3: Verviers - Longwy
La frontera que marca la línea de meta en las jornadas con final al sprint suele generar imágenes fantásticas. Sucede en apenas segundos, entre el fin de la agonía y el comienzo de la celebración. Nunca antes y nunca después.
El vencedor crece, se encarama a lo alto de su bicicleta y, finalmente, alza la mirada. El gesto triunfal llegará luego, primero sólo existe la mueca. El amago de satisfacción y la bocanada de aire. Ganar la etapa no es sino dejar de sufrir antes que nadie.
El resto, durante esos dos segundos, son atrezo de lujo en perfecto contraste. Los hombros se desinflan y los brazos pierden su tirantez hasta que, en última instancia, la cabeza firma su rendición y cae sobre el manillar.
El ganador, aun llamándose Peter Sagan, necesita de rivales para narrar su historia. El genio eslovaco debería agradecer a Michael Matthews, Dan Martin y Greg van Avermaet haber estado ahí. Sin ellos, su victoria sería nada. Las facciones de sus rivales explican la grandeza de su hazaña.
- Etapa 1: gigantes desgraciados (Düsseldorf - Düsseldorf)
- Etapa 2: caos (Düsseldorf - Lieja)
- Etapa 4: un peón real (Mondorf-les-Bains - Vittel)
- Etapa 5: auto de fe (Vittel - La Planche des belles filles)
- Etapa 5, cara B: verde, blanco y rojo (Vittel - La Planche des belles filles)
- Etapa 6: papel (Vesoul - Troyes)
- Etapa 7: vista de pájaro (Troyes - Nuits-Saint-Georges)
- Etapa 8: cigüeñas sobre ruedas (Dole - Station des Rousses)
- Etapa 9: la nada (Nantua - Chambéry)
- Etapa 10: lágrimas (Périgueux - Bergerac)
- Etapa 11: simulacro (Eymet - Pau)
- Etapa 12: maillot amarillo (Pau - Peyragudes)