Lucía García: el futuro ha llegado
Historias del Mundial Femenino 2019 | Capítulo II
Raúl González debutó el 29 de octubre de 1994 en La Romareda. Es, sin duda, uno de los estrenos canónicos a los que a veces acostumbra el mundo del fútbol. Se trata de una escena de película, en la que la coreografía que se ejecuta sobre el césped parece definida con anterioridad para entrar de lleno en el sistema nervioso del espectador. La sentencia no tarda en hacerse verbo: ahí hay futbolista.
A Lucía García (Baracaldo, 1998) el debut ya le queda lejos. Su bagaje en el Athletic Club es el de una futbolista titular en uno de los mejores equipos de la Liga Iberdrola. Y aún así, durante la primera vez bajo los focos de un Mundial, la línea de cal se convierte en un acantilado. Es el momento, es efímero y siempre puede ser el último. El fútbol, como la vida, no avisa.
A ella le llegó su turno cuando el partido no pedía a una debutante, sino a una gigante. Con España contra las cuerdas, sufriendo ante el dique mental que supone no haber conseguido ganar todavía un partido mundialista, el entrenador relevó a dos veteranas para dar entrada a dos apuestas de ¿futuro?
En el caso de Lucía García, la atacante se hizo con el partido antes de pisar el terreno de juego. Mientras recibía las últimas indicaciones técnicas, su mirada estaba ya en otra parte: centrada en lo que estaba por suceder. Al igual que en el caso de Raúl, todo parece sencillo visto en retrospectiva. Basta con ser buen futbolista, saber que se es buen futbolista y convencer en apenas unos segundos a todo el que mira de que su instinto no engaña, lo que está viendo es el primer destello de un gran futbolista. Poca cosa.
Todo eso comunicaba la actitud no verbal de la ‘17’ antes de su ingreso en el campo. Lo que vimos durante los siguientes cuarenta y cinco minutos, su lección de ritmo e intensidad, no pueden entenderse sin atender al curso mismo de la historia. Su futuro, como el de su generación, es tan grande y prometedor que desborda los límites narrativos.
El 9 de junio de 2019 pudimos dar un pequeño salto temporal para apreciar lo que vendrá. La suerte, nuestra suerte, es que la frontera con el presente está a punto de ser derribada.
Lucía García y su futuro ya están aquí.
